La disfunción eréctil afecta a los hombres de todo el mundo, independientemente de su clase social o edad. Según las estadísticas, afectaría a entre 20 y 30 millones y sólo el 18% de las personas que la padecen consultan al médico. Además, se cree que entre el 14% y el 35% de los hombres jóvenes la padecen.
Las causas de la disfunción eréctil son múltiples; una de ellas es la masturbación en exceso. La masturbación en sí misma no es perjudicial, y actualmente, los sexólogos la recomiendan como una buena forma, como una manera de explorar y conocer cuáles son los tipos de excitación y las fuentes de placer. Pero como todo en exceso puede llegar a ser perjudicial. Hasta 2002, la incidencia de hombres menores de 40 años con disfunción eréctil rondaba el 2-3%. Desde 2008, cuando el porno de alta definición y el streaming gratuito se hicieron tan fácilmente accesibles, el porcentaje aumenta exponencialmente.
¿Cuántas veces es saludable masturbarse?
Se considera masturbación saludable la que tiene una frecuencia de 3 a 5 veces por semana, ya que tiene beneficios como reducir el riesgo de cáncer de próstata, aumenta la fertilidad de nuestros espermatozoides y además tiene efectos ansiolíticos y analgésicos.
Los niños de gran parte del mundo desarrollado están siendo canalizados a través de una experiencia online en la que la exposición a la pornografía es frecuente. En 2016, la Universidad de Middlesex descubrió que el 93 % de los jóvenes de 14 años había visto material explícito en línea, y el 60 % de los niños lo había visto por primera vez en su propia casa, de los cuales más del 90 % termina masturbándose.
Además, un estudio irlandés publicado a principios de este año en la revista Porn Studies reveló que el 52% de los niños empezaron a utilizar la pornografía para masturbarse a la edad de 13 años o menos.
Adicción a la masturbación.
La adicción a la masturbación es una necesidad inevitable e imperiosa de satisfacerse sexualmente. La estimulación y la euforia no proceden de fuentes externas, como la adicción a sustancias como las drogas, sino de sustancias químicas liberadas por el cerebro durante el orgasmo. A medida que el cerebro se acostumbra a liberar estas sustancias químicas, el cuerpo busca formas de alcanzar esta estimulación.
Este comportamiento se convierte en el centro de su vida y supone una grave interferencia en su funcionamiento diario. Este deseo desbordante está en la base de la mayoría de las formas que se consideran dentro del espectro de la adicción sexual. La necesidad de ver pornografía suele ser precursora de la masturbación, y las formas más avanzadas de adicción sexual suelen tener sus inicios en la masturbación compulsiva.
La persona desarrolla una gran necesidad de repetir el acto masturbatorio para reducir o anular una intensa tensión psíquica producida.
La masturbación es un proceso natural en la sexualidad del ser humano, y su exceso puede asociarse a alteraciones del sistema nervioso central o endocrinopatías, pero afortunadamente son muy poco frecuentes.
Relación entre la adicción a la masturbación y la disfunción eréctil.
Las pruebas clínicas y anecdóticas revelan que la masturbación es un factor importante en la disfunción eréctil. La masturbación repetida puede causar un traumatismo leve y repetitivo en los vasos sanguíneos del pene, alterando la producción de vasodilatadores, necesarios para aumentar el flujo sanguíneo en la erección.
¿Cuáles son las consecuencias psicosociales de la masturbación compulsiva?
Las consecuencias psicosociales que suele acarrear son:
- Emocionales: depresión, estrés, ansiedad, sentimientos de culpa, disminución de la autoestima – falta de aspecto físico – inestabilidad emocional e incluso intentos de suicidio.
- Cognitivos: problemas de atención, concentración, fallos de memoria y confusión de palabras.
- Aislamiento social: problemas para entablar relaciones sentimentales, ruptura de la pareja, separación de la familia y los amigos
- Cuestiones jurídicas y económicas: despilfarro financiero en pornografía, sexo de pago, alcohol, cigarrillos y drogas.
- Así como una serie de problemas físicos: debilidad, fatiga, trastornos alimentarios, somnolencia, mareos, incontinencia urinaria, problemas digestivos, sangrado en la eyaculación y dolor permanente durante el coito, disfunción eréctil, reducción de la producción seminal, eyaculación precoz o dificultad para alcanzar el orgasmo.
Otra consecuencia del consumo compulsivo de pornografía es no alcanzar el disfrute sexual.
En la masturbación compulsiva, muchas personas sienten que todo el tiempo tienen que ver pornografía y masturbarse más de cinco veces al día, lo que se convierte en un problema de salud cuando hay heridas, rozaduras, pequeñas lesiones en el pene o en la vagina.
También influye el objetivo con el que se consume y las ideas asociadas. Es decir, cuando alguien ve contenidos pornográficos casi a diario, buscando una excitación rápida para masturbarse también rápidamente y alcanzar el orgasmo cuanto antes, es lógico que pueda tener dificultades para disfrutar del sexo de otra manera. En el momento en que tiene una relación en la que la excitación es más lenta y se intenta controlar la inminencia eyaculatoria, puede tener problemas.
Los hombres pueden presentar secuelas locales por masturbación excesiva que con frecuencia son motivo de consulta con el urólogo. Cualquier lesión genital debe ser valorada por el especialista ya que se corre el riesgo de pasar por alto una lesión de mayor relevancia clínica.
Por otro lado, el linfedema es una acumulación de líquido linfático en los tejidos. Tras una masturbación excesiva, el drenaje del líquido linfático puede verse afectado y provocar una inflamación importante en la parte final del prepucio y el glande. El tratamiento suele ser conservador, con reposo y aplicación de presión local.
Entre las lesiones del pene tras una masturbación excesiva se encuentran las lesiones del frenillo prepucial. El frenillo es la porción de piel que se encuentra justo debajo del meato y el glande, que a veces puede ser muy corta y desgarrarse o sangrar durante la masturbación. En caso de hemorragia, ésta suele ser muy llamativa dado que la arteria frénica pasa por este lugar anatómico. Una vez que el urólogo controla la hemorragia en urgencias, el tratamiento definitivo será una frenulectomía o frenuloplastia para evitar lesiones consecuentes.
¿Qué caracteriza a una persona que se masturba compulsivamente?
El masturbador compulsivo se caracteriza por una hipersexualidad que, al no ser satisfecha, está permanentemente presente en el individuo. Muchas veces no le interesa la ternura o calidez en la relación íntima y manifiesta una pérdida de control y empatía para conectar con los sentimientos de la otra persona durante un encuentro sexual. Incluso puede darse el caso de que la persona se distancie de las relaciones sexuales y prefiera prácticas autoeróticas y autoestimulantes.